Por desgracia cada día hay mas divorcios y con ello los hijos de papas divorciados quedan en una posición difícil, si bien es cierto que es mejor ver a los padres separados que peleando todo el día, no deja de ser triste para los pequeños. Un día papá o mamá deciden darse una segunda oportunidad con otra pareja y le informan:
- hijito, Roberta y yo hemos decidido casarnos
Aquí el niño la pasa mal pero él no vivirá con la señora más que 3 días cada 15 días así q no le causa tanto impacto, pero qué tal cuando es al revés, mamá decide casarse:
-hijos Claudio y yo hemos decidido casarnos.
Aunque Claudio les caiga bien pues a ellos no les preguntaron si deseaban o no vivir con Claudio, se cambiarán de casa, empezarán a vivir con su padrasto, su mamá será ahora compartida así lo ven ellos y los celos están a la orden del día, es decir, para todos vienen tiempos duros porque acoplarse no es fácil, asumir que su mamá tiene una pareja debe ser sin duda alguna una de las cosas más difíciles de entender para un niño.
El cambio inicia y la mujer trata de que todo esté en orden, de que su pareja y sus hijos puedan llevarse bien, eso es lo que ella más desea porque está entre la espada y la pared. Cuando se sientan a la mesa espera que la comida transcurra en calma que sus hijos no sean groseros o que su pareja no los moleste, entonces en un instante, sí en un instante se enciende la mecha y estalla la batalla, esa batalla que la mujer trata de evitar a toda costa porque es la situación más difícil, más incomoda, más estresante y sobre todo muy dolorosa. Dos seres que ella ama se están peleando tomar partido no es fácil porque a veces sabe que sus hijos no prendieron la mecha y que no merece regañarlos pero no puede decirle a su pareja en frente de ellos que no los moleste, o que no les diga eso etc entonces la mujer se queda en su sitio y se pregunta: - ¿Podré con ésta situación? -¿Seré capaz de tolerar esto para mis hijos?-¿Podrá mi pareja aguantar los malos días de mis hijos? -No quiero ni creo poder vivir con este estres. Entonces a la mujer le dan ganas de tirar la toalla, volver a su casa con sus hijos, a la tranquilidad de la paz que había ido construyendo cuando estaba sola con ellos, pero también ella merece ser feliz, rehacer su vida porque los hijos son prestados. Un día te dicen: -Mama me voy a NY a estudiar -Mama me caso Entonces estas mujeres se encuentran en una terrible encrucijada de dudas, de miedos, de pensamientos, de enojos, de sentimientos, de frustración por no saber controlar esta situación.
Las mujeres que están en estos casos sólo podrán lograrlo si la pareja las apoya y entiende que lo que más ama un padre es a sus hijos y que lo que menos desea un padre es ver derramar una lágrima de sus pequeños. A ustedes parejas si quieren a su esposa piensen que nada en la vida es más importante que los hijos y que cualquier padre daría la vida por no causarle dolor a uno de ellos. A ustedes hijos piensen que su mama merece ser feliz y que ponerla entre la espada y la pared es muy doloroso para ella.
Ojalá la vida les de la fortaleza a todas aquellas mujeres que están viviendo el acoplamiento de sus hijos con su pareja para integrar una familia, es decir, que su pareja y sus hijos logren llevarse bien, así ustedes podrán ser verdaderamente felices.
Y RECUERDA HAKUNA MATATA
0 comentarios:
Publicar un comentario